No se preocupe por los robots, preocúpese por su propósito
Inteligencia Artificial: Centroamérica se mira en el espejo de un fenómeno global
“La revolución tecnológica dentro de una democracia tolerante puede darnos la última oportunidad o terminar de hundirnos”, escribe el periodista Jorge Fernández Díaz en una columna del periódico La Nación de Argentina, a propósito de las trabas que algunos sistemas de gobierno pueden ejercer sobre el avance inexorable de la tecnología.
La innovación siempre trae nuevos negocios, pero también nuevas formas de producir y organizar el trabajo, y eso es lo que está pasando. Sin embargo, la transformación digital no solo está cambiando las estructuras y los flujos de las organizaciones y sistemas de gobierno, sino también sus funciones y propósitos. En eso deberíamos enfocar nuestra mirada.
Se proyecta que para este 2019, un 40% de las iniciativas de transformación digital emplearán servicios de inteligencia artificial y para el año 2021, el 75% de las aplicaciones empresariales comerciales usarán IA a nivel global.
En Findasense hemos creado el Behavioral & Data Hub para toda Latinoamérica, un cluster de integración de conocimientos donde converge un equipo altamente especializado en data science, economía del comportamiento, diseñadores de servicios, ingenieros. Aquí, buena parte de los procesos como la captación y clusterización de datos se va automatizando en base a la capacidad de aprendizaje que las máquinas van adquiriendo.
Sin embargo, la IA no solo se aplica al estudio del consumidor, la producción de contenidos, la pauta digital, el diseño y la experiencia de usuario. Todo va ir siendo alcanzado, en mayor o menor medida, por procesos automatizados de learning machine, como es el caso de la tecnología aplicada a interpretar textos.
Si bien algunos analistas estiman que América Central tiene al menos dos años de retraso en la adopción de Tecnologías de la Información (TI) en comparación al resto de Latinoamérica, los saltos tecnológicos son cada vez más sincrónicos y acelerados.
Si miramos datos de Latinoamérica, el 82% de las inversiones de capital de riesgo realizadas en 2017 correspondieron al área de la tecnología informática aplicada a la IA, según The Association for Private Capital Investment in Latin America.
En un país abierto al mundo y orientado a los servicios como Costa Rica, la inteligencia artificial está dando sus primeros pasos con aplicaciones para monitorear la producción en manufactura y la agroindustria, pero también lo está haciendo en el retail para atender a los clientes mediante chatbots. Siguiendo la tendencia global, banca y salud se van sumando con usos que ayudan identificar riesgos o lograr mejores tratamientos respectivamente.
Más que sobre sus aplicaciones concretas, lo que tenemos que preguntarnos es cómo la IA va a impactar nuestra forma de organizarnos y crear valor, junto a las normas sociales y los sistemas regulatorios de la región, que varían ampliamente según los países que la integran.
Por eso propongo encarar la IA como un proceso recíproco: por un lado es entender los cambios que la tecnología producen en nuestros entornos y, por otro, ver cómo la utilizamos según los objetivos que nos planteamos.
América Central, como cualquier otra región, se mira inevitablemente en el espejo de un mundo donde cada día la tecnología tendrá más capacidades y estará más conectada con los seres humanos. Nuestra responsabilidad, como empresarios, gobierno o ciudadanos es facilitar su desarrollo y acceso a todos los niveles.
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