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Walmart se alió con Sam Altman para permitir compras vía Chat GPT (Dimas GImeno dixit), lo que disparó sus acciones y ha marcado un punto de inflexión en el comercio digital. Este paso señala un cambio de paradigma: el inicio del llamado agentic commerce. En este modelo, los consumidores interactúan con asistentes de IA que entienden su intención, contexto y preferencias, en lugar de usar buscadores o navegar catálogos web.
Ya no buscamos en Google ni navegamos en webs. Ahora pedimos, conversamos y compramos en un nuevo canal.
La experiencia de compra online está pasando de escribir en Google a chatear con un asesor virtual. Antes buscábamos «zapatillas running oferta»; ahora podemos simplemente pedir «recomiéndame unas zapatillas para correr por menos de 100€». El CEO de Walmart lo resumió así: “Durante años la compra online era una barra de búsqueda y una lista de productos; eso está a punto de cambiar”. Según una encuesta de Zendesk y YouGov (2025), el 52 % de los consumidores se sienten cómodos usando asistentes personales de IA para tareas cotidianas, incluida la compra de productos. Esto refuerza la tendencia de pasar del clic al chat.
Si la conversación reemplaza a la búsqueda, las marcas deben optimizarse para prompts, no solo para keywords. Ya no importa aparecer primero en Google, sino ser recomendado por el modelo de IA.
Un estudio de FirstPageSage (2025) muestra que el CTR medio del primer resultado en Google ronda el 39,8 %, pero cae un 34,5 % cuando Google muestra un AI Overview (dato de Ahrefs, 2025). 🫨 En otras palabras, incluso las páginas mejor posicionadas pierden visibilidad cuando la IA interfiere en la búsqueda.
👉🏻 Las estrategias deben pivotar de mejorar rankings a convertirse en fuente citada; de captar tráfico a moldear narrativas. Empresas como Zara y H&M ya están adaptando sus datos para ser recomendadas por defecto en contextos conversacionales.
El foco deja de estar en la interfaz web o app tradicional, y pasa a la fluidez del diálogo con la IA. Navegar por menús se sustituye por una conversación personalizada: el asistente va haciendo preguntas y guiando la compra como un vendedor experto. El diseño de la experiencia se traslada del visual al conversacional.
Según Deloitte Digital, el 73 % de los consumidores valora más la personalización que la privacidad en experiencias conversacionales. Esto indica que los usuarios están dispuestos a intercambiar datos a cambio de conveniencia.
El éxito no se medirá por visitas o clics, sino por tasas de conversión dentro de la conversación, confianza en la recomendación y «share of voice» en las respuestas de IA. La métrica no será cuánta gente visita tu web, sino cuántas veces tu marca aparece, es sugerida o citada dentro del diálogo.
Un estudio global de KPMG (2025) revela que el 66 % de los usuarios confía en la precisión de la IA sin verificarla, lo que convierte la visibilidad en estos entornos en una ventaja competitiva inmediata. Estar citado por la IA puede valer más que millones de visitas que no terminan en compra.
Con los asistentes de IA, los competidores de una marca ya no son solo su nicho, sino cualquier alternativa que el asistente considere relevante. La IA, al ser “neutral”, puede recomendar una marca emergente si encaja mejor. La fidelidad se redefine: el usuario no necesariamente vuelve a la marca, vuelve al asistente que le resolvió bien la compra.
Un estudio de Behavioral Sciences (MDPI, 2025) encontró que la confianza en agentes de IA influye directamente en las decisiones de compra de más del 60 % de los usuarios. Esto evidencia una transferencia del poder de persuasión desde la marca hacia el asistente.
Si las búsquedas migran hacia IA, la publicidad también lo hará. Nace la publicidad conversacional: en lugar de anuncios en el feed, veremos sugerencias patrocinadas dentro del diálogo. Este espacio será clave para captar atención y confianza a la vez.
Según eMarketer, el retail media superará los 170.000 M $ en inversión global en 2025, y se espera que el 20 % de ese gasto migre hacia entornos conversacionales antes de 2027.
Aquí es donde entra en juego un fenómeno menos visible pero crucial: el modo en que Google y ChatGPT explotan sesgos cognitivos para generar autoridad.
Daniel Kahneman lo explicaba así: nuestro cerebro tiende a preferir lo familiar, lo fluido, lo fácil de procesar. A eso lo llamó «facilidad cognitiva«.
Cuando una respuesta es clara, rápida y estructurada, asumimos que debe ser cierta. Cuando una IA responde con voz firme, sin titubeos, en una caja limpia y sin ruido, nos cuesta más cuestionarla. Lo mismo aplica al «efecto halo«: si una IA acierta una vez, tendemos a asumir que acierta siempre. Lo que comenzó como una comodidad técnica —respuestas cortas, con estilo pulido y sin contradicciones— se convierte en autoridad percibida.
Según el AI Trust Index 2025, el 74 % de los usuarios afirma que “si la IA suena segura, probablemente tiene razón”. Este sesgo de autoridad digital está reconfigurando la manera en que tomamos decisiones.
Pero esa autoridad no siempre es real. Ni Google ni ChatGPT son árbitros de verdad: sus resultados están mediados por modelos de ranking o predicción estadística. Sin embargo, la manera en que presentan la información genera una falsa sensación de certeza.
Un estudio del Pew Research Center (2025) reveló que cuando Google muestra un resumen de IA, el usuario reduce un 45 % su tendencia a explorar otras fuentes. Esto confirma que la confianza automática desplaza el pensamiento crítico.
Para las marcas, esto tiene implicaciones estratégicas profundas:
📣 En resumen: el agentic commerce no solo está cambiando cómo compramos, sino cómo pensamos, confiamos y decidimos. Las marcas ya no se posicionan en una web, sino en la mente del asistente. Y para lograrlo, hay que entender tanto los algoritmos como los sesgos humanos que los hacen parecer infalibles.
“La geopolítica de la inteligencia artificial: Descifrando el nuevo sistema operativo global”
(JP Morgan)
¿Por qué es interesante leerlo?
Una publicación del centro de geopolitica de JPMorgan (“Center for Geopolitics”) advierte que la IA y capacidades de cómputo relacionadas serán “los desarrollos tecnológicos más trascendentes del siglo XXI” y ya están remodelando economía global, defensa y poder de las naciones. El informe analiza cómo las potencias se están alineando no solo por hardware o redes, sino por datos, modelos y alianzas de IA: quienes controlan el “stack” de IA (software, chips, datos) ganan influencia estratégica.
“Andreessen Horowitz se prepara para levantar 10.000 millones de dólares para invertir en IA ”
(Financial Times)
¿Por qué es interesante leerlo?
¿Por qué es interesante leerlo?
Según Financial Times: la firma de capital riesgo californiana planea un fondo de 6.000 M para compañías maduras, 1.5 B para infraestructuras de IA, 1.5 B para aplicaciones de IA, y 1 B+ para “American Dynamism” (defensa/manufactura). Esto refleja dos realidades del negocio de IA: (a) sigue habiendo un volumen enorme de inversión, (b) se diversifica hacia infraestructura + aplicaciones específicas + sectores estratégicos.
“Seguimiento de la legislación estatal de IA en EE.UU: implicación del recurso de la IAPP»
(IAPP)
¿Por qué es interesante leerlo?
El recurso de International Association of Privacy Professionals (“IAPP”) revela que múltiples estados en EE.UU. están aprobando leyes que regulan sistemas de IA en el sector privado, con enfoques cruzados (privacidad, transparencia, responsabilidad). Por ejemplo, una ley estatal reciente prohibe que un entidad no humana-IA utilice títulos de profesionales sanitarios certificados (como enfermero/a) sin supervisión.
“La inteligencia artificial y tú”



He utilizado la mayor cantidad de fuentes posibles, particularmente me gustan: The Information, Wired, Ars Technica … Aparte utilizo inteligencia artificial generativa, como GPT-4o o Genspark, para traducir y mejorar los textos.