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Multa a WhatsApp: una piedra de toque sobre el valor de los datos personales para todas las Big Tech

El pasado 2 de septiembre conocimos por una nota (1) publicada por el organismo de protección de datos personales de Irlanda («Data Protection Commission»), la sanción impuesta, en la cantidad de 225 millones de euros, a la empresa WhatsApp Ireland Ltd. por incumplir su servicio de mensajería «WhatsApp», determinadas obligaciones establecidas en la norma europea que regula la privacidad y protección de datos personales [Reglamento general de Protección de Datos (RGPD)]. La investigación se inició en el mes de diciembre de 2018, por tanto, cuando ya estaba dentro del grupo de empresas de Facebook, puesto que esta última la compró en 2014.

La Decisión final, de 266 páginas, del organismo público irlandés se acordó el 20 de agosto de 2021, después de recibir la Decisión vinculante del organismo público europeo, de 89 páginas, en el que están representados todas las agencias de protección de la privacidad de la Unión Europea (Binding decision 1/2021, The European Data Protection Board), puesto al no existir conformidad de todos con el borrador de decisión de la agencia irlandesa, se abrió un proceso, no sencillo, en el que todas aquellas agencias nacionales que así lo acuerden pueden presentar alegaciones y, después, el comité de protección de datos europeo decide (2).

Si tenemos en cuenta que los mayores jugadores del mercado de Internet son los que tienen la mayor responsabilidad, quienes deberían dar el ejemplo a los demás, este tipo de noticias tienen que alegrarnos, por un lado, y llamarnos por el otro a conocer y aplicar las leyes de protección de datos y los derechos de privacidad de las personas en todas las industrias y sectores que hoy usan Internet para interactuar con ellos.

Puesto que lo relevante, sin olvidar la cifra de la sanción y las obligaciones que debe cumplir, en el plazo de tres meses, mediante la ejecución de acciones para cumplir con los mandatos de la norma europea de protección de datos (3), es que una de las infracciones es el uso de datos de personas que no tiene activado el servicio WhatsApp para conectarlo con otras actividades de Facebook. Y esto debe conectarnos con el análisis de operaciones como fue la compra de Facebook del servicio WhatsApp, que no requiere pago para su utilización, y que, desde las reglas vigentes de la regulación de los mercados no contempla en qué mercado se está librando la batalla en Internet, los datos de las personas, que tienen valor económico y estratégico. En palabras de la que es la actual presidenta de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos de América (4): «de este modo, el actual régimen antimonopolio aún no ha tenido en cuenta el hecho de que las empresas con un control concentrado sobre los datos pueden inclinar sistemáticamente un mercado a su favor, remodelando drásticamente el sector [LINA M. KHAN, Amazon’s Antitrust Paradox, Pag. 783 (5)].

La investigación que se inició de oficio por las autoridades, y que, además, también está impulsada por activistas y personas particulares, sigue la línea que logró invalidar las transferencias de datos entre la UE y Estados Unidos en el famoso caso contra Facebook resuelto el año pasado. En este caso se investigó y se acreditó, entre otras cosas, que el servicio «WhatsApp» incumple obligaciones de transparencia en el tratamiento de datos personales y en determinadas cuestiones sobre el tratamiento de datos tanto de usuarios como de no usuarios, respecto a la falta de información cuando se trasfiere los datos personales, como el número de teléfono móvil, a su matriz, Facebook.

Otro aspecto saliente de la penalización es que WhatsApp no informó a los usuarios dónde se almacenaban los datos, ni de las personas con las que podían ponerse en contacto, ni de los fines por los que se recogían y quiénes los recibían. Además, WhatsApp no informó a los usuarios de cuándo se obtuvieron y procesaron sus datos personales de terceros ni de dónde procedían estos datos. También se ordenó a WhatsApp que actualice su ya extensa política de privacidad y cambie la forma en que notifica a los usuarios sobre el intercambio de datos..

El matiz de las órdenes correctivas es quizás más relevante que el económico de la multa administrativa, ya que nos habla del espíritu de la RGPD de establecer reglas de juego claras para las compañías, para que sus sistemas de datos cumplan con la normativa comunitaria y defender a las personas de lo que pueda representar el abuso en materia de privacidad. Como comentaba en un artículo anterior, Magnitud: la clave de la fuga de la data privada, la RGPD es clara en este aspecto, y requiere que cualquier entidad o empresa que trate, gestione o esté relacionada con cualquier actividad que implique acceder a datos personales, tenga siempre presente como Principio general de la norma europea el principio de protección de datos desde el diseño, que tiene como objetivo cumplir los requisitos definidos en el RGPD y, por tanto, los derechos de los interesados y busca que la protección de datos se encuentre presente en las primeras fases de concepción de cada proyecto (el concepto de privacidad por defecto). 

Algunos medios, como The Verge, dejaron trascender la disconformidad de un portavoz de WhatsApp que dijo en un correo electrónico que la compañía apelará la decisión: «WhatsApp se compromete a brindar un servicio seguro y privado. Hemos trabajado para garantizar que la información que brindamos sea transparente y completa, y continuaremos haciéndolo», y añadido: «no estamos de acuerdo con la decisión de hoy respecto a la transparencia que ofrecimos en 2018 y las sanciones son totalmente desproporcionadas». No parece, en principio, que desde Facebook se esté analizando la forma de modificar sus políticas para adaptarse a las exigencias de la norma europea.

La multa representa la segunda en la historia reciente de la violación de datos en Internet, y la única sanción mayor a esta impuesta en materia de RGPD fue la de 425 millones de dólares sobre Amazon por la agencia de privacidad luxemburguesa y si bien estas cantidades están muy lejos de los máximos del 2% o el 4% del total de la facturación anual que permite el RGPD, sientan un buen precedente para el cumplimiento de las normas en materia de transparencia en el contexto de los usuarios, los no usuarios y el intercambio de datos entre entidades, empresas u organizaciones, puesto que junto con el criterio de proporcionalidad la norma europea expresamente establece que las sanciones tienen que se disuasorias, y este último criterio debe analizarse en el contexto de empresas que tiene ingresos mundiales de casi 86.000 millones de dólares estadounidenses en 2020 (6).

Así como remarcar la magnitud de la responsabilidad y caminos a seguir en materia de tratamiento y gestión de datos de las personas, la efectividad de las multas va mucho más allá de lo económico, y sienta un fuerte precedente en cuanto al monitoreo, control y penalización real en la defensa de los derechos y la privacidad de las personas, puesto que son esta últimas las propietarias de sus datos. Termino con un deseo, que las magnitudes de las sanciones económicas en materia de infracciones contra la privacidad de las personas sea una llamada de atención para a quienes tienen la mayor responsabilidad y, por extensión, hacia todos que en su ejercicio o modelo de negocio manejan datos de las personas en Internet, para que adopten en sus procesos la privacidad por defecto.

(1) https://www.dataprotection.ie/en/news-media/press-releases/data-protecti…
(2) https://edpb.europa.eu/our-work-tools/our-documents/binding-decision-boa…
(3) Ver «Appendix C – Terms of Order to bring processing operations into compliance, made pursuant to Article 58(2)(d)»
(4) https://www.ftc.gov/about-ftc/biographies/lina-m-khan
(5) https://digitalcommons.law.yale.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=5785&con…
(6) https://es.statista.com/estadisticas/525671/ingresos-mundiales-anuales-d…

     

En el Café Inviven, con Rosa Montaña, hablamos sobre la inquietud permanente

Rosa Montaña tiene como misión ayudar a alcanzar la mejor versión de las personas en su ámbito personal, profesional y de relación de pareja. Su podcast, Cafe Inviven, es de los más escuchados de habla hispana en plataformas como Ivoox. En su podcast ha entrevistado a personas como el Mago More, Jesús Alonso o Alex Rovira.

En esta ocasión fui a desayunar al Café INVIVEN junto con Rosa. Hablamos de como la inquietud es algo consustancial con el ser humano y, por lo tanto, parece natural que, en el fondo de nuestro ser, exista una llama que nos empuja a buscar lo distinto y a abrazar el cambio. Mantener la inquietud despierta tiene que ver con su ejercicio diario y con la adquisición de hábitos saludables. También sobre la inevitabilidad del cambio y sobre la necesidad de mantener nuestra inquietud despierta para poder adaptarnos mejor a un mundo en constante cambio.

Café INVIVEN 123. Rafael Tamames y la inquietud permanente.

Sin las “cookies” tendremos que hacer ‘marketing’ de calidad

Desde mediados de la década de 1990, buena parte de la infraestructura de captura de datos se ha basado en una tecnología de seguimiento llamada cookies de terceros (third-party cookies).

Pero pronto las cookies de terceros van a desaparecer. Safari y Firefox, el segundo y tercer navegador web más popular del mundo, ya bloquean las cookies de terceros de forma predeterminada, como medida de privacidad. Google Chrome, el navegador más popular, que representa dos tercios de todo el tráfico de Internet, ha anunciado que seguirá su ejemplo para 2022. Cuando Chrome se desconecte, la era del seguimiento basado en cookies habrá terminado.

Si lo pensamos bien, las cookies de terceros han respaldado métodos opacos y en gran medida ineficaces para comprender a los consumidores y sus intereses durante los últimos años. Quiero decir, rastrearlos no equivale a entenderlos. Además, a medida que nuestra industria evoluciona y progresa, también deberá hacerlo nuestro enfoque de personalización y privacidad. Así lo manifiestan los consumidores, con un 88% de los usuarios de iOS 14.5 desactivando el rastreo de las aplicaciones a nivel global.

Cada vez con mayor frecuencia y precisión, el usuario, audiencia o consumidor tendrá la oportunidad de decidir si quiere compartir sus datos o no en cualquier plataforma o aplicación. El valor que esta plataforma (producto o servicio) le devuelva, así como la reputación que tenga como marca será determinante en esta toma de decisión. Ahora sí, variables intangibles como el propósito de una organización cobrarán una relevancia mucho más contundente y “medible”, en los que se refiere a sesión de datos por parte de los consumidores.

En términos generales, las marcas y los anunciantes deberán prepararse para el futuro, fortalecer su enfoque en los datos de primera mano, que a su vez, exigen el consentimiento del consumidor, la recopilación y el uso responsable de los datos.

Ajustes

Eso no significa que la Web dejará de ser fuente de datos, pero deberemos prepararnos para una publicidad digital distinta. Para muchos, el futuro dependerá de un ecosistema digital más interconectado (2nd Data Party). También de regresar a la importancia del último clic, la desintermediación, la segmentación de la audiencia, los CRM (1st Data Party), nuestra propuesta de valor, nuestras propias plataformas de contenidos, y de conocer a nuestros consumidores reales, más allá de la captura del dato de un comportamiento aislado.

Incluso más allá de las cookies, comparto algunos puntos que considero centrales para el presente y futuro del marketing con respecto a los datos de los consumidores.

Una plataforma de inteligencia de datos robusta. Construir un fuerte músculo de inteligencia de datos será crucial.

Nuestra propuesta de integración tecnológica y transformación digital ofrece soluciones end-to-end, con foco en el análisis y visualización de datos. Para ello, hemos desarrollado una solución propia que llamamos Cognital, un Software as a Service (SaaS) que permite conectar, transformar, analizar y visualizar los datos, no solo de los consumidores, sino de todo el ecosistema donde una organización se desempeña. Si contamos con las herramientas adecuadas y el talento humano para aprovecharlas, los datos que podemos obtener con nuestros equipos de inteligencia son mucho más potentes para conocer a nuestros públicos, consumidores o audiencias. Si este músculo atraviesa múltiples industrias y sectores, nuestro conocimiento será aún más potente.

Own media & media ecosystem como pilares de la estrategia. Si apostamos por nuestros propios canales y ecosistema de medios y partners digitales no tenemos porqué temer a la desaparición de las cookies. El marketing de contenidos y su amplificación por distintos canales, pero también trabajar en alianzas estratégicas son fuentes de datos ricas y confiables. Para lograrlo necesitamos que nuestros partners digitales (así como nosotros) tengan políticas transparentes y usos adecuados de los datos de los consumidores, y sean un factor valioso para ellos. Esta noción de ecosistema o comunidad, va a privilegiar a los actores que aporten un valor real, necesario o positivo para los consumidores y la sociedad. Esto permitirá, a su vez, solicitar datos más precisos de los consumidores para accesos privilegiados y objetivos definidos, ligados a la fidelización y otros beneficios.

Conocimiento profundo del consumidor. Las cookies nunca alcanzaron una personalización real o conocimiento genuino del consumidor, si la comparamos con la segmentación avanzada que podemos utilizar hoy en día. La segmentación basada en el contexto y el interés es una forma más eficaz de conocer a nuestros consumidores. En Findasense, incluso, tenemos metodologías propias para el conocimiento profundo del consumidor, como One Research, un framework de investigación que contiene técnicas mixtas, cualitativas y cuantitativas, cuya configuración responde al reto de negocio que se plantee: desk research, social listening, encuestas online, testeos de contenido digital y minería de comentarios, son algunas de las tantas herramientas que se combinan en un único método y equipo de investigación.

Si lo pensamos bien, el marketing será más preciso y mejor con la desaparición de las cookies (un proceso demasiado automático que no siempre nos da la mejor información), ya que deberemos concentrar esfuerzos en nuestra reputación de marca, en nuestros propios canales y en el ecosistema donde estemos implicados. Nuestra orientación hacia el consumidor deberá estar basada en una personalización real, ligada a una experiencia relevante y una oferta de producto y servicios que se “cuele” de manera orgánica en la vida real de nuestros consumidores.

Más emprendedores, menos empleados: el nuevo tipo de colaborador que las empresas necesitan

El enfoque ágil de trabajo que las empresas necesitan hoy requiere otro tipo de colaboradores, si bien dentro de un framework, una cultura y un propósito común, mucho más ligado al perfil de un emprendedor que a la idea de empleado que las organizaciones han creado a lo largo de los años. Leía en Mckinsey que hoy el trabajo se convierte en talento, las jerarquías en redes de equipos y los competidores en colaboradores dentro de un ecosistema. Esto nos da buenas pistas de cómo debemos comportarnos como empleados.

El pensamiento crítico, la empatía, la creatividad, pero también una actitud positiva proveniente de motivadores intrínsecos, serán habilidades del futuro del trabajo, acompañadas de las competencias técnicas y nivel de expertise que implique nuestra posición. A todas luces un cambio de actitud será el paso más significativo, un cambio sobre las creencias que tenemos sobre el trabajo.

En un escenario tan disruptivo como el actual, donde las jerarquías y silos organizacionales se van borrando naturalmente, aprender a trabajar en la horizontalidad es uno de los primeros cambios que debemos asimilar. Es un primer paso, además, para empezar a entender las distintas áreas de una organización, comprender el impacto de nuestro trabajo en ellas, así como en el objetivo general o propósito de la compañía. Esto nos permitirá ampliar nuestro rango de acción, ser más asertivos en nuestras tareas y decisiones, ganar efectividad y crecer. 

Por su parte, la orientación hacia el aprendizaje permanente es otra actitud, muy ligada al emprendedurismo, que cualquier empleado debería adoptar. Hoy transitamos un contexto dinámico, donde los avances tecnológicos y focos de conocimiento se mueven rápidamente. Según revelan desde Deloitte, más de un 80% de los empleados encuestados en el Global Human Capital Trends creen que deben reinventar su capacidad de aprender. En Mckinsey hablan de un aprendizaje combinado que incluya el aprendizaje tradicional (capacitación, cursos digitales, ayudas laborales) con métodos no tradicionales (coaching entre pares, redes de aprendizaje, la personalización masiva del cambio, técnicas de «empujoncito»). En definitiva, tenemos que prestar atención a los cambios del mundo, que hoy se está moviendo más rápido de lo que la mayoría puede seguir. 

A continuación, comparto tres cambios imprescindibles para un nuevo mindset de colaborador, que nos ayudará a empezar a trabajar siguiendo la mentalidad de un emprendedor en cualquier contexto laboral en el que nos encontremos.

1. Entrenar la mente para pensar fuera de la caja.

No importa que estemos en un “trabajo de oficina”, no estamos limitados por la vida corporativa, al menos nunca de manera total. Pensar fuera de la caja es abrir nuestra mente a nuevas posibilidades, que pueden no haber sido una opción en nuestra posición actual, pero que se debería transformar en el comienzo de ese cambio de actitud. Es animarnos, además, a proponer acciones no convencionales a nuestro ecosistema de trabajo, salirnos de lo esperado y empezar a buscar nuevas soluciones, que serán al final las que necesitaremos. Atrevernos a pensar diferente es un ejercicio que debe ser parte de nuestras tareas cotidianas de trabajo. 

2. Desarrollar una visión tanto a corto como a largo plazo.

Albert Einstein dijo una vez: «Un nuevo tipo de pensamiento es esencial para que la humanidad sobreviva y avance hacia niveles superiores». Ese nuevo tipo de pensamiento debe centrarse en un objetivo estratégico. Debe tener una visión, bajo la cultura y el propósito de su empresa: una idea de hacia dónde se dirige nuestra trayectoria profesional y cómo llegaremos hasta allí. Como empleado emprendedor o intraemprendedor, cada uno de nosotros somos el líder, más allá de que tengamos objetivos compartidos, seamos subordinados, jefes o miembros de un equipo. 

3. Ser flexibles, positivos y enfocarnos en nuestras pasiones.

La actitud es una gran parte de lo que hacemos y somos. No podemos permitir que las barreras corporativas se interpongan en el camino de nuestros sueños. Es posible que la posición donde estemos trabajando no sea exactamente la que soñamos pero… ¿hemos identificado cuáles son nuestras pasiones?. Los emprendedores deben ser optimistas y mantenerse enfocados en sus objetivos, pero para eso necesitamos explorar e identificar esas pasiones que nos mueven. Esa será la clave para comenzar a visibilizarlas y desarrollarlas en nuestro entorno de trabajo. Como dijo alguna vez Steve Jobs, «a menos que tengas mucha pasión por esto, no vas a sobrevivir».

Por último, eliminar creencias limitantes es un buen ejercicio para modelar nuestro perfil profesional hacia el nuevo tipo de colaboradores que necesitan las empresas. Pasar del miedo como paralizante al miedo como combustible para el cambio, dejar la idea de que cometer errores es malo a transformarlos en experiencias de aprendizaje, de la seguridad al riesgo calculado, de saberlo todo a aprender constantemente, de centrarse en el tiempo de trabajo a centrarse en los resultados.

Liderazgo disruptivo es llevar el liderazgo a todos los niveles de una organización

Aunque todavía no hemos salido del bosque de la pandemia, los eventos del año pasado van dejando en claro que hay muchas cosas en nuestro mundo que necesitan evolucionar. Entre ellas, nuestra forma de entender el «liderazgo», que no es un título, sino una forma de pensar. 

Liderar es saber identificar un cambio que debe ocurrir, y ayudar a las personas a comprender esa visión para hacerlo, sin importar el rol en una organización o lo que diga su tarjeta de presentación. Es decir, se tiene que dar a todo nivel.

En tiempos de cambios profundos, el liderazgo es aún más relevante porque es difícil generar cambios significativos, hay miedo y paralización. Entonces, para que el liderazgo tenga alcance y sea disruptivo es importante entender que no podemos ejercerlo solos.

Por eso, para lograr un cambio a gran escala en las organizaciones, necesitamos empoderar a los equipos y a las personas porque son ellos quienes harán que el cambio funcione.

Creo que en muchos sentidos, eso es lo más interesante del liderazgo en tiempos disruptivos: renunciar a la falacia de que tenemos el control, abrir el juego, fomentar el liderazgo en todos los niveles de la organización. También aceptar, que liderar es ser capaces de cambiar nuestro sistema de creencias, metodologías y estilos de trabajo en cualquier momento.

Pero el cambio es incómodo y muchas personas se resisten a él. Nadie puede hacer que otro cambie, pero sí podemos inspirarlos para que cambien, darle herramientas, empoderarlos. Para lograrlo hay que borrar las jerarquías, invertir la relación con nuestros colaboradores, mostrar nuestra visión de manera honesta y transparente, para que tengan la confianza de actuar cuando llegue el momento. Si nosotros cambiamos, los demás cambian.

Más que pensar en cómo “sacudir las cosas” o alterar los caminos para obtener los resultados necesarios, es integrar a todas las personas de una organización en esta perspectiva: aprender a esperar lo inesperado, a prosperar con los más altos niveles de incertidumbre. Es, en cierto modo, “cultivar una alta tolerancia, si no pasión por la ambigüedad”, como leía recientemente en un sondeo que Deloitte hace a altos directivos de todo el mundo.

Si esperamos que nuestra organización sea capaz de anticipar, responder y avanzar frente a los dilemas de una gran crisis como la actual, tenemos que integrar esa capacidad de anticipación, respuesta y aceptación al cambio en toda fuerza laboral.

La pandemia ha contribuído a reducir las jerarquías o asimetrías de poder en las organizaciones gracias al aumento de lo que llamo “horizontalidad digital”, el uso más intenso y frecuente de tecnologías de colaboración, que facilitan una toma de decisiones descentralizadas, mayor agilidad y orientación hacia el logro colaborativo. 

Esta crisis también trae un cambio de reglas que implican adaptar el liderazgo en el marco de un “nuevo contrato social”, que justamente reclama valores como la diversidad, la igualdad, la horizontalidad. Un reciente análisis de McKinsey, concluye que el trabajo de los líderes de hoy es ayudar a las persona a encontrar un propósito individual, que en muchos casos se ha perdido. 

Necesitamos crear un mundo del trabajo con más margen de acción para todos, pero también con más responsabilidades. Allí radica el liderazgo disruptivo, en la capacidad de aportar las condiciones para un cambio de mentalidad de las personas hacia sus responsabilidades: el empoderamiento, la flexibilidad, en fin, la capacidad de tomar decisiones, de tener iniciativa.

Con V-Valley, Hewlett Packard Enterprise y Microsoft hablando de transformación digital y fondos europeos

Tuve el placer de ser keynote speaker del «Webinar V-Valley: la digitalización del canal IT en el marco de los Fondos Europeos». V-Valley, en colaboración con Hewlett Packard Enterprise y Microsoft , organizó este evento en el que se abordó la formación necesaria para orientar al canal en su proceso de digitalización y cómo poder llevarlo a cabo gracias a las ayudas procedentes de los Fondos Next Generation.

A partir del segundo semestre de 2021, las pymes podrán acceder a los Fondos Europeos Next Generation a través de las diferentes ayudas presentadas por el Gobierno de España en el Plan de Digitalización de Pymes. Una inversión pública sin precedentes de 4.656 millones de euros con un impacto directo en forma de ayudas a la digitalización de pymes de 4.459 millones de euros .

V-Valley en colaboración con Microsoft y Hewlett Packard Enterprise presentó en este webinar la formación necesaria para ayudar en la transformación digital de las empresas y así beneficiarte de estos fondos.

Se trataron los siguientes temas:

  • ¿Cómo debe abordar el canal un proceso transformación digital para poder acceder a esos fondos?
  • Claves para poner en marcha la transformación digital de una pyme: por dónde empezar y pasos que se han de seguir.
  • Soluciones tecnológicas clave.

Conferencia para el Instituto Juan de Mariana: «Propósito para un mundo robótico»

La Inteligencia Artificial, la robótica y la automatización son clásicamente vistas como entidades despojadas de corazón. Pero, si atendemos al proceso de aceleración digital que estamos viviendo vemos que está dominado por un componente íntegramente humano: el propósito de acercarnos en el distanciamiento; de romper finalmente las barreras culturales que la tecnología nunca logrará por sí sola.

En la conferencia que ofrecí en el Instituto Juan de Mariana hablé del mundo de la automatización y la transformación digital desde una actitud abierta, pero también desde la mirada crítica que estos cambios nos plantean en la construcción de una sociedad mejor.

«Propósito para un mundo robótico» en el canal de Youtube del Instituto Juan de Mariana.

Liderazgo disruptivo, ¿Cómo liderar en tiempos de cambio?

Aunque todavía no hemos salido del bosque de la pandemia, los eventos del año pasado van dejando en claro que hay muchas cosas en nuestro mundo que necesitan evolucionar. Entre ellas, nuestra forma de entender el “liderazgo”, que no es un título, sino una forma de pensar.

Liderar es saber identificar un cambio que debe ocurrir, y ayudar a las personas a comprender esa visión para hacerlo, sin importar el rol en una organización o lo que diga su tarjeta de presentación. Es decir, se tiene que dar a todo nivel.

En tiempos de cambios profundos, el liderazgo es aún más relevante porque es difícil generar cambios significativos, hay miedo y paralización. Entonces, para que el liderazgo tenga alcance y sea disruptivo es importante entender que no podemos ejercerlo solos.

Por eso, para lograr un cambio a gran escala en las organizaciones, necesitamos empoderar a los equipos y a las personas porque son ellos quienes harán que el cambio funcione.

Creo que en muchos sentidos, eso es lo más interesante del liderazgo en tiempos disruptivos: renunciar a la falacia de que tenemos el control, abrir el juego, fomentar el liderazgo en todos los niveles de la organización. También aceptar, que liderar es ser capaces de cambiar nuestro sistema de creencias, metodologías y estilos de trabajo en cualquier momento.

Pero el cambio es incómodo y muchas personas se resisten a él. Nadie puede hacer que otro cambie, pero sí podemos inspirarlos para que cambien, darle herramientas, empoderarlos. Para lograrlo hay que borrar las jerarquías, invertir la relación con nuestros colaboradores, mostrar nuestra visión de manera honesta y transparente, para que tengan la confianza de actuar cuando llegue el momento. Si nosotros cambiamos, los demás cambian.

Más que pensar en cómo “sacudir las cosas” o alterar los caminos para obtener los resultados necesarios, es integrar a todas las personas de una organización en esta perspectiva: aprender a esperar lo inesperado, a prosperar con los más altos niveles de incertidumbre. Es, en cierto modo, “cultivar una alta tolerancia, sino pasión por la ambigüedad”, como leía recientemente en un sondeo que Deloitte hace a altos directivos de todo el mundo.

Si esperamos que nuestra organización sea capaz de anticipar, responder y avanzar frente a los dilemas de una gran crisis como la actual, tenemos que integrar esa capacidad de anticipación, respuesta y aceptación al cambio en toda fuerza laboral.

La pandemia ha contribuído a reducir las jerarquías o asimetrías de poder en las organizaciones gracias al aumento de lo que llamo “horizontalidad digital”, el uso más intenso y frecuente de tecnologías de colaboración, que facilitan una toma de decisiones descentralizadas, mayor agilidad y orientación hacia el logro colaborativo.

Esta crisis también trae un cambio de reglas que implican adaptar el liderazgo en el marco de un “nuevo contrato social”, que justamente reclama valores como la diversidad, la igualdad, la horizontalidad. Un reciente análisis de McKinsey, concluye que el trabajo de los líderes de hoy es ayudar a las persona a encontrar un propósito individual, que en muchos casos se ha perdido.

Necesitamos crear un mundo del trabajo con más margen de acción para todos, pero también con más responsabilidades. Allí radica el liderazgo disruptivo, en la capacidad de aportar las condiciones para un cambio de mentalidad de las personas hacia sus responsabilidades: el empoderamiento, la flexibilidad, en fin, la capacidad de tomar decisiones, de tener iniciativa.

Mesa redonda sobre transformación digital con Google Workspace

Es bueno echar la mirada atrás y reflexionar como fue el 2020. En lo que respecta a la tecnología, muchas herramientas nos hicieron que el trabajo remoto fuera más fácil.

Fui parte de la mesa redonda sobre transformación digital que organizó Google junto con Devoteam para charlar sobre cómo empoderar a la fuerza laboral durante COVID-19. ¿Cómo se construye una cultura de colaboración y cómo se mira el futuro del trabajo para llevar un negocio hacia el éxito?

Puedes conocer más sobre estas cuestiones en este video de la mesa redonda:

La verdadera magnitud de la fuga de datos privados

El último escándalo de Facebook ya es ampliamente conocido y se trata de la filtración de nombres, números de teléfono, ID, fechas de nacimiento, biografías y, en algunos casos, direcciones de correo electrónico, datos personales de unos 500 millones de usuarios en 106 países fueron filtrados por un usuario de un foro de Facebook.

Son 32 millones de registros de usuarios en EE.UU., más de 10,8 millones en España, 11 millones de usuarios en Reino Unido, 6 millones en India, y la lista sigue hasta completar los 500 millones, casi la población total de la Unión Europea.

Pero no es la primera vez que se publican en Internet datos de millones de miembros de la principal red social del planeta. Revelado en 2018, el escándalo de Cambridge Analytica, el nombre de una empresa británica que utilizó sin autorización los datos personales de decenas de millones de usuarios de Facebook con fines de propaganda política, es el primer gran antecedente que empañó la reputación de la red social en materia de privacidad de datos. En este caso se “rasparon” los datos de más de 80 millones de usuarios en violación de los términos de servicio de Facebook para apuntar a los votantes con anuncios políticos en las elecciones de 2016.

Según las últimas investigaciones, esos datos privados fueron utilizados para manipular psicológicamente a los votantes en las elecciones de EE.UU. de 2016, donde Donald Trump resultó electo presidente. Aquí es donde se observa la magnitud, el impacto político, económico y social que puede tener el uso ilegítimo de grandes cantidades de data.

La fuga más reciente fue detectada por la firma especializada en delitos cibernéticos Hudson Rock. Los argumentos esgrimidos desde Facebook para el mundo en general y Europa en particular fueron débiles. Que los datos fueron extraídos antes del 2018 (anterior al RGPD), que en realidad revela algo peor, como anomalías anteriores no declaradas por la compañía, o que fueron extraídos de manera maliciosa, con un software para imitar la aplicación de Facebook y cargar grandes conjuntos de números de teléfono para ver cuáles coincidían con los usuarios de Facebook, lo tampoco exonera de responsabilidad a este gigante tecnológico, que debería velar y responder por la privacidad de la información de sus usuarios.

Otra publicación de Facebook en su blog se refierió a datos que se raspan o “scraping” una táctica común que a menudo se basa en software automatizado para extraer información pública de Internet que puede terminar distribuyéndose en foros en línea, lo que implica técnicamente que la información personal filtrada a través de su herramienta de importación de contactos era de alguna manera pública. Esto equivale a decir que las personas ya habían publicado esa información.

Por su parte, la RGPD es clara en este aspecto, y requiere que los controladores de datos protejan adecuadamente los datos personales y apliquen el principio de privacidad, ya sea por diseño o por defecto. Por lo que todas estas declaraciones tienen poco sustento.

También es bueno saber, que según la normativa, los responsables del tratamiento de datos pueden enfrentarse a multas de hasta el 2% de su facturación anual global por no notificar infracciones, y hasta el 4% de la facturación anual por infracciones de cumplimiento más graves. El alcance económico de estas penalizaciones es otro dato de magnitud, si tenemos en cuenta que los ingresos mundiales de Facebook ascendieron a casi $86.000 millones estadounidenses en 2020.

Por eso creo es importante entender la magnitud de este tipo de filtraciones, para legitimar y dar fuerza al marco legal, robustecerlo y mejorarlo. Como bien lo afirma Alon Gal, director de tecnología de Hudson Rock, una base de datos de ese tamaño que contenga información privada, como números de teléfono de muchos de los usuarios de Facebook, son la puerta para que actores maliciosos se aprovechen de los datos para realizar ataques de ingeniería social, intentos de piratería y otras acciones que atentan contra las personas, su privacidad, sus bienes. Estos actores maliciosos también pueden ser globales y deben poner en guardia a los países afectados.

Este tipo de eventos debería empujar a las democracias y sus gobiernos a movilizarse, aplicar la normativa y sancionar de manera efectiva la mala actuación de los gigantes de la red en los distintos contextos que pudieran afectar a sus ciudadanos.

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